La ruptura epistemológica
La ruptura epistemológica es aquel proceso que garantiza que las explicaciones que el científico social da de los fenómenos que estudia son científicas. Esto significa no sólo que adoptan el lenguaje científico (podrían adoptar la terminología científica pero no ser científicas, ya que no adoptarían los criterios en que debe basarse toda explicación científica), sino que también se basan en los criterios bajo los cuales se construye una explicación científica (la explicación científica debe explicar causalmente y de una forma profunda los fenómenos, es decir, las causas finales por sí solas no los explican, sino que hay que explicar de forma procesual: es especialmente importante tener en cuenta las causas primeras, pero también lo es señalar el nexo entre las causas primeras y las causas finales; es decir, el proceso que va de las causas a los efectos).
El concepto de ruptura epistemológica nace en la tradición de la filosofía de la ciencia francesa que se practicó durante la primera mitad del siglo XX en el Collége de France. Sus cultivadores fueron filósofos como Canguilhem, Bachelard, Koyré, etc. El término parecería asimilarse a una competencia de la que están dotados todos aquellos que se dedican a la profesión de científico. También parece sugerir que esta competencia se alcanza a lo largo del proceso de formación que capacita para ejercer la profesión de científico. El calificativo «epistemológico» parecería relacionarse con estos dos factores. Por otra parte, el hecho de que se emplee el término «ruptura» parece insinuar que es un proceso finito: una ruptura o una rotura es algo que se hace de una vez por todas sin solución de continuidad. Y lo que es más importante, el término «ruptura» da la idea de que es un proceso que hace alguien de forma consciente y planificada.
Contrariamente, la ruptura epistemológica dista mucho de ser un proceso técnico, discontinuo y planificado conscientemente. La ruptura epistemológica es básicamente un proceso social y, como todo proceso social, se caracteriza por las condiciones sociales en que tiene lugar, que determinan su efecto y su eficacia. Evidentemente, las condiciones sociales que están en el origen de la ruptura no las determina ni las escoge la persona, ya que se las encuentra ya hechas y éstas son la base que determinarán el éxito de la ruptura epistemológica efectuada. De esta forma, la ruptura epistemológica es, en realidad, una forma de ruptura, caracterizada por su duración en el tiempo y su infinitud, con ciertas formas de ver el mundo y con los grupos sociales que son sus portavoces. Como se puede ver, las rupturas epistemológicas también son rupturas sociales que se inician mucho antes de que el afectado sea consciente, y, por tanto, éste poco poder tiene sobre ellas ni tampoco puede actuar acelerándolas o potenciando sus efectos. Es más, el afectado hará lo posible para que no tengan lugar, ya que suelen ser rupturas traumáticas. Pueden significar la ruptura con los grupos primarios (familia, amigos) y los entornos sociales de origen (lugares que nos vieron nacer). Normalmente detrás de las rupturas epistemológicas que protagonizan las generaciones de jóvenes científicos suelen haber procesos de movilidad social ascendente que suelen protagonizar hijos de familias de clases obreras (si se trata de contextos sociales urbanos) o de agricultores en contextos rurales inmersos en procesos de crisis de la agricultura, o quizás de segundas generaciones de inmigrantes. Es decir, suelen protagonizarlas personas que se encuentran en tierra de nadie y que ya, previamente, antes de convertirse en científicos capaces de pensar a la contra, habían sido cuestionados por la propia realidad en la que se encontraban y que no han tenido más remedio que aprender a cuestionar a esa misma realidad que les discutía su propia existencia. Esta es la estructura social que determinará la eficacia, el efecto, y la intensidad de la ruptura epistemológica inducida. Son estas las condiciones sociales que, indispensablemente, conllevarán el éxito de una ruptura epistemológica, como muy bien demuestran obras como Sketch for a Self-Analysis de Pierre Bourdieu, ejemplo paradigmático de cuál es el proceso que sigue una ruptura epistemológica.